Canción de “Pelusa en el país”


Nada reproduce este asombro, este instante donde todo se debería derrumbarse, acaso el recuerdo no produce eso? .., pero no es así al fin, para darle de comer a la sensiblería diaria, que hace poses para no decirlo como se debe, nada podrá reemplazar a esa palabra escondida hoy como un fósil en esas tus arenas de Toropí, ese territorio donde a pesar del odio, del maltrato, de la envidia, de los bueno para nada….abundarán los “ángeles” , esos que esperarán al atardecer para encender un cigarrillo más, abrir los ojos y pensar “que se puede”, esa fue tu bandera amiga, así te conocimos aquí, junto al Alfredo luego, para pensar que hay un tesoro escondido en la arena, donde morarán esas lágrimas para cerrar el círculo de la búsqueda, ahí en tu corazón, ahí en el último aliento, como en el libro del Alquimista, pero de nada sirve este pasaje breve en el vida sino fuera por la búsqueda, esas hechas con tuis finas manas, con la fuerza de un animal venido desde el más allá para nosotros, para contarnos de ese otro mundo de la “paleontología”, con más, con termiteros, con orquídeas, con leyendas, con disparos del fusil de don Sosa para preservar el terreno de los “toquinos”, los envenenados toquinos de la nada, los que quieren las cosas solo por colección de cosas, jajaj

Por suerte en tu hechicería, brujería, magia (paleontología), se hacía excursiones hacia el alma de la tierra, hacia el encanto tibio y amarillo de tus arenas, “Toropí” en vos fue voz recuperada, sapucay científico, alimento de las aves, reducto de miles de pibes con los ojos curiosos, que tocaban los restos del mundo, en un mundo nuevo y violento, con atentados en las pantallas, con pornografía diaria, entonces también fue paraíso diario, frágil territorio, reloj de arena para descontar las horas…absurdas…
Sin embargo por tus venas, el torrente de tus aguas bravías, a veces desbordaba en la “cascada”, hasta perderse en un hilo de dolor hacia el fin de la tarde, otras tranquila y mansa para llenar de verde esa prado bajo, custodiado por seres de hoy, lagartos overos, carpinteros en sus huecos, golondrinas en su vuelo hasta la noche y su velo.
La tarde parirá una estrella hoy, desde las cárcavas se lamentarán toxodontes y gliptodontes, esperando en vano tu caricia, ALICIA ….apoderada del tiempo, dueña de todos los siglos, la gigante tortuga no solo llevará para siempre tu nombre, “Toropí” será el sonido de tu corazón como un eco, que ya nos invade…no habrá silencio, no habrá tristeza Pelusa, será esta otra canción de Alicia en el País de las Maravillas.

Gustavo Oviedo